El Sistema de Protección Catódica (SPC) es un método de control de la corrosión altamente eficaz que protege las estructuras metálicas enterradas o sumergidas, como tuberías, tanques de almacenamiento, cascos de barcos y pilotes de muelles, del deterioro natural que sufren en contacto con un electrolito (suelo o agua). Su función no es recubrir o aislar el metal, sino convertir toda la superficie de la estructura a proteger en el cátodo de una celda electroquímica, deteniendo así el proceso de oxidación (pérdida de metal).

La corrosión es un proceso electroquímico natural en el que un metal, al estar en un ambiente conductor, desarrolla zonas anódicas (donde el metal se oxida y se corroe, liberando electrones) y zonas catódicas (donde se producen otras reacciones químicas, pero no hay pérdida de metal). El sistema de protección catódica funciona suprimiendo la formación de estas zonas anódicas, forzando a que toda la estructura se comporte como un cátodo.