Las estructuras metálicas son el esqueleto portante de un vasto número de obras de ingeniería y arquitectura en todo el mundo. Compuestas principalmente por perfiles de acero, estos sistemas constructivos se diseñan para soportar las cargas de una edificación y transmitirlas de manera segura a los cimientos. Su versatilidad, resistencia y eficiencia las han convertido en una solución indispensable para proyectos que van desde imponentes rascacielos y puentes de grandes luces hasta naves industriales y edificios residenciales.

El acero estructural es el material predominante gracias a su excepcional relación resistencia-peso, que permite diseñar construcciones más ligeras y esbeltas en comparación con materiales tradicionales como el hormigón. Esto no solo facilita la creación de grandes espacios diáfanos sin necesidad de soportes intermedios, sino que también optimiza los tiempos de construcción y los recursos.